Quién soy

Cuando conocí PSYCH-K® estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida. Acababa de sufrir un desengaño amoroso y me encontraba más triste y apagada que nunca. Por aquella época yo estaba recibiendo una terapia. Sin embargo, aunque me sentía mejor cuando hablaba de mis emociones y veía qué fallaba en mí, una vez salía de la consulta, volvían a aparecer los mismos sentimientos de angustia y tristeza.

Era verano, se me averió el coche y después de un cúmulo de “casualidades” (o más bien “causalidades”) que esta avería provocó conocí a una persona que me ayudó y actuó de catalizadora en mi vida.

Aunque esa persona tenía otra profesión y no se dedicaba a ello profesionalmente, hacía PSYCH-K® con quien se lo pedía. Yo se lo pedí y después de una sesión en la que se reprogramó mi mente subconsciente con 5 creencias, la mejoría fue bastante notoria. Aun recuerdo una de las creencias que grabamos: “Mi vida está llena de paz y alegría”. De camino a casa después de esa sesión podía notar un gran cambio en mí. Me sentía bastante más relajada y sobre todo ligera, como si me hubiera deshecho de una carga pesada. Mi percepción había cambiado y veía la realidad de otro color. Comencé a observar lo que me rodeaba con otros ojos, a darme cuenta de que era un día bonito y que la naturaleza que me rodeaba era esplendorosa. De repente, sentía mucho entusiasmo por la vida.

Mi familia notó tanto el cambio que, al estar tan sorprendidos, comenzaron a hacerme muchas preguntas.

Mis amigos también comenzaron a notar los cambios en mí. Ya no estaba encorvada y contraída. Estaba más erguida y mi cara relajada. Ahora podía hasta sonreír. Me decían que me notaban distinta. Después de esa primera sesión volví y reprogramamos mi mente subconsciente con creencias para fortalecer la autoestima. Un día, alguien que me había visto justo antes de acudir a mi primera sesión de PSYCH-K® me vio y me dijo: “¿Pero a ti que te han hecho?”. Mi cambio se podía apreciar fácilmente a primera vista. También recuerdo como un amigo me llegó a decir en un bar que estaba observando que mi postura había cambiado y que incluso, mi manera de hablar y de dirigirme al camarero eran distintas.

Sorprendida y motivada por mi rápido cambio, comencé a leer sobre PSYCH-K®, pero fue a través de mi fisioterapeuta por quien me enteré de que se iba a impartir un taller de PSYCH-K® en mi ciudad. Yo le había hablado de ello y se había enterado por “casualidad” de la existencia del taller. Aunque mi situación económica no pasaba por un buen momento, me apunté sin dudarlo y, a día de hoy, puedo decir que fue la mejor de las inversiones. Fue como llegar a casa. Encontré algo que llevaba buscando toda la vida. Un pasaporte para mejorarme, sentirme bien y cambiar patrones que me hacían vivir estancada en todos los aspectos de mi vida. Utilizar este método me resultaba increíblemente fácil y comencé a utilizarlo para todo, desde lo más espiritual y profundo hasta para las cosas más triviales.

Los resultados solían ser rápidos y efectivos y poco a poco y, trabajando mucho en mí, comencé a ver mi vida mejorar. Empecé a sentir cada vez más motivación y entusiasmo por todo y, ese desasosiego interno que llevaba sintiendo toda mi vida comenzó a desaparecer a la vez que cierta paz interior se instalaba y comenzaba a crecer dentro de mí. Mi relación conmigo misma y con la gente que me rodeaba mejoraba por momentos. Ahora que empezaba a quererme, respetarme, valorarme y aceptarme a mí misma, aparté también de mi vida a todas aquellas personas y relaciones que no me aportaban cosas positivas, aquellas en las que no había equilibrio y en las que siempre salía perdiendo yo.

Desde entonces he trabajado mucho y de manera constante en mi evolución. En diciembre de 2013 hice el taller avanzado de PSYCH-K® y en marzo de 2017 hice el taller PRO.

A día de hoy puedo decir que mi vida ha cambiado en muchos aspectos. Cada día que pasa me siento mejor. Mi confianza y seguridad en mí misma han aumentado de manera considerable, he crecido y he superado fobias como la de bañarme en las profundidades del mar, cosa que hace unos años no me hubiera imaginado que haría nunca.

Dos de las muchas creencias con las que he reprogramado mi mente subconsciente puedo decir que han cambiado mi vida de manera significativa. Tanto la creencia “Me siento acompañada por mí misma” como “Disfruto de mi propia compañía” me llevaron a empezar a disfrutar de estar sola. Comencé a dejar de necesitar la compañía de los demás para sentirme bien y a ser menos dependiente. La presencia de otras personas en mi vida pasó a convertirse en un plus y no una necesidad. Entre otros muchos cambios, puedo decir también que pasé de no saber estar sola a convertirme en una persona autosuficiente e independiente.

Ahora, reprogramo mi mente subconsciente casi a diario con creencias positivas y potenciadoras y disfruto viendo los cambios y mejoras que poco a poco se van produciendo en mi vida y en las personas con las que trabajo en mis sesiones.

Muchos de mis grandes avances se los debo a Micaela Gellert, instructora de PSYCH-K® y psicoterapeuta, una persona crucial en mi evolución, que creyó en mí y gracias a la cual me he convertido en la persona que soy hoy.

La mente consciente y la mente subconsciente

Nuestra manera de pensar, sentir, reaccionar, actuar y nuestras decisiones están condicionadas casi totalmente por nuestra …

Nuestras creencias influyen en nuestra biología

Bruce Lipton, doctor en biología celular y experto en epigenética explica en este artículo que comparto como nuestras …